Por Fernando Muñoz
Y si te llega esta carta en un momento deseado, justo en aquel momento en que la estabas esperando. Si no hubiese otra forma de conocerte que fuese a través de la distancia y de un tiempo quebrado. Dime donde estás y te diré quien eres, Una poesía a intervalos, desconectada. Se produce el producto y la tierra lo come todo Inevitable, destructible, irrepetible. La constelación se despliega a cielo tendido Los puertos reciben a sus hijos pródigos Los poetas se visten de ropas viejas Las mujeres conversan a media noche alrededor de un brasero crepitante Los gatos ronronean cuando los dedos de la noche le acarician los lomos Defíneme enana palabra, Abrázame en el aire ausente Escríbeme de tu hijos, tus historias y tus amantes. Solamente mírame a los ojos, el tiempo hará el resto. Caleidoscópica afinidad Profecías a medio cumplir no son profecías, sólo un juego de azar De esta modernidad. Los Lobos son un grupo musical que se viste de ovejas. Mister Jobs se dijo a sí mismo un día, hagamos computadoras. Y si de mí se trata. Levantarme temprano en la mañana, y sentir el pulso de una ciudad, Las micros corriendo caóticamente como una sinfonía de abejas con nombres poéticos como Nuevo Amanecer, Recoleta Lira, Pila Cementerios, Música en los oídos, “y me verás caer” “No se puede vivir del amor”. Ciudad de protestas, parques y plazas Supercinerama con Dolby Stereo Así me gusta Chile ‘Con una pala y un sombrero’ Salvado por la campana y las telenovelas mexicanas. La ley de los Magníficos después de los noticiarios Ya viene la fuerza. Taxis Ladas girando como abejas, zánganos y avispas alrededor de la Plaza Italia Feria del libro, del libro, de los libros, Show de los Libros. De la infancia infinita Sobre tardes lánguidas Tardes de cine y té club. Atravesando una Plaza de Armas con jardines y pasto. Una Casa de Moneda gris y opaca como un recuerdo, con las cicatrices de las balas en la fachada. Y de la mano al Cine-Arte Normandie Paseando por los vinilos añosos de San Diego Entre el Principito y los Rockeros Celestes. Sobre el anaquel juntábamos los autitos Copec. En nuestras mochilas cargábamos los libros de cromo Salo -Veinticuatro mil quinientos raya cero tres- Y la bengala maldita que acabó con nuestros sueños Sin mirar atrás nos fuimos en un ‘Tren al sur’… Cantando junto a la voz de los ochenta- ¿Dónde quedó la fuerza? Y el sombrero y el látigo, El arqueólogo pinta de galán, pinta de héroe, nuestro Ulises moderno. Mientras en la magia de los pasos del artista, con mocasines lustrosos y calcetines blancos El “moonwalk” había nacido para morir en la estridencia de Cobain. De mañanas caóticas Cuando sólo teníamos dos líneas del Metro Y mirábamos los dibujos animados desplegarse sobre las tardes Y soñábamos con un futuro mejor Leímos juntos la poesía de Neruda Y nos asombrábamos cuando descubríamos Altazor. y a Nicanor y a Eleanor… Carabineros, piedras y protestas Bombas lacrimógenas La alegría ya viene, la democracia ya viene Nunca llegaron completamente Qué una generación perdida. Queriendo volver al futuro Sin nada más que perder ni ganar Y aquí estamos contando ovejas para poder dormir. |
Categories
All
Archives
May 2024
|