Por Joel Muñoz Berríos
En los cruces de caminos se encontraban los juglares Y traían historias en versos y en cantatas Imágenes increíbles de lo que ocurría allá muy lejos Detrás de la gran muralla que separaba lo de arriba y lo de abajo Contaba uno cuentos de magos y alucinaciones Cantaba otro el llanto de su amada loca al momento de la partida Leía uno la historia de los gigantes con tristeza por una princesa negra Convencía otro a los aprendices para que se fueran lejos de esas tierras Y se encontraban en los caminos los trovadores Los saltimbanquis, los arlequines y los farsantes Con sus monos traídos del África, sus loros y sus conejos amarillos Con sus palabras nuevas, recogidas en mil caminos Hablaban que el amor era posible aunque pareciera lo contrario Declamaban que su verso era el más el más ardiente, el más prendido Abusaban del tiempo de los presentes para declarar su amor eterno a las mujeres de Arabia Y su adoración incontenible por las casas de putas de Libertalia La gente que vivía en los cruces de los caminos quedaba atónita Su religión no les permitía escuchar esas cosas El rey los mandaría a purgar sus fantasías eróticas Para siempre en su mazmorras Los poetas caminaban miles de millas marinas por el desierto Recorrían todas las geografías de los hombres y mujeres del universo Conocían los mapas de los sentimientos y los calentamientos Pero nadie les creía totalmente que ello fuera cierto En este cruce de camino me encontré con ustedes, poetas y arlequines Magos y contadores de cuentos, farsantes y escribientes de lo mundano Y, desde entonces aquí voy con ustedes, a descubrir nuevos misterios De los pecados y virtudes de un mundo encerrado en el castillo de los beatos y los rezos. En el cruce del camino nos encontramos mañana de nuevo. |
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May 2024
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