Por Fernando Muñoz
Cuando leí por primera vez a Haruki Murakami fue similar a esos encuentros fortuitos que ocurren cuando uno anda caminando, ido en los pensamientos, por una ciudad enorme y abierta a infinitas posibilidades. Entonces, al doblar en una calle ves a aquella persona que no veías hace años y un nudo se te forma en el estómago, luego de lo cual no puedes moverte, la boca se reseca y tampoco puedes decir nada, claro que quieres decir algo, gritar, agitar los brazos y llamar la atención de este fantasma que se te ha cruzado, pero nada ahí te quedas contemplando… El cuerpo y la mente han sido separados, cual Moises separase las aguas y lo que queda es un callejón seco por donde cruzan los recuerdos, callejón polvoriento eres tu hasta que las aguas vuelvan a juntarse. Así mi encuentro con Murakami y su novela más popular Tokio Blues. Haruki Murakami nació en Kioto en 1949, aunque la mayor parte de su juventud la vivió en Kobe, su padre era profesor de literatura japonesa y desde pequeño se interesó en la cultura pop occidental, siendo aficionado al jazz, las películas holywoodenses y las novelas de bolsillo (paperback). Murakami estudió literatura y teatro griego en la Universidad de Waseda siendo su primer trabajo en una tienda de discos (al igual que uno de sus personajes en Tokio Blues) y luego abrió un bar de jazz (Peter Cat). A los 29 años Haruki Murakami escribe su primera novela Hear the Wind Sing la cual recibiría el premio literario Gunzo y que le abriría las puertas a una productiva y galadornada carrera literaria. La obra de Murakami ha sido calificada como posmodernista, aunque dentro de los círculos literarios japoneses es considerada como “pop”, cosa que al autor no le incomoda pues nunca ha sido su objetivo el pertenecer a una cierta “sociedad de escritores” por lo cual afirma orgulloso que no tiene “ningún amigo que sea escritor”. Una de sus novelas más populares es Tokio Blues (Norwegian Wood), título inspirado en la famosa canción de los Beatles, en aquella novela Murakami explora el descontento, la soledad, la desilusión, los sueños, la esperanza, la sexualidad y el amor de la juventud en una sociedad en la cual nos vamos quedando más solos y como en esta soledad vamos conectando con otras soledades y otros seres que están o igual o peor que uno. Aunque aún no he podido leer todo el catálogo de Murakami, no me he sentido defraudado por ninguno de los libros que he podido tener en mis manos. Sputnik, mi amor (Sputnik, Sweetheart), Crónica del pájaro que da cuerda al mundo (The Wind-Up Bird Chronicle), Kafka en la orilla (Kafka on the Shore) y After Dark; todos con el sello estilístico de Murakami y con ese agridulce sabor de la melancolía. Nota: Los temas recurrentes de Murakami son la soledad, la perdida de la inocencia, misterio, búsqueda de respuestas metafísicas, gatos, jazz, vida urbana entre otros. Mi recomendación es que no se olviden de buscar las canciones mencionadas en los libros y tocarlas mientras lees. Photo: Haruki Murakami in 2008. Credit: Random House
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