Por Fernando Muñoz
Y pasa el tiempo de las uvas el tiempo pasa y se convierten en pasas las nubes, el viento del otoño uva que no fue vino Solo hay tiempo entre nosotros. Unas flores silvestres en medio de la mesa, esperando por una cena que nunca será servida. Pero… ¿Qué sabemos nosotros de eso? Todo el futuro es una idea ambigua y poco original, – vivir y morir en un instante – cada minuto que se va, la uva es menos uva y más pasa. Y me miras desde el otro lado de la mesa, un mantel blanco se extiende entre el tú y el yo, como si una fria capa de nieve lo cubriera todo. Hasta que tus palabras comienzan a dejar huellas sobre este mantel-nieve… el barro, la suciedad y el hollín de las chimeneas se van mezclando con la otrora blancura. – y la comida que no llega – Las flores se han marchitado; El mantel ahora viejo y sucio se deshace a cada brisa mi rostro arrugado y de mirada triste calla, sin palabras el tiempo me ha dejado. No hay contraataque que pueda vencer al tiempo. Sin embargo, tu con la misma belleza de siempre tu piel tersa y porcelana. desvías la mirada buscando un horizonte lejano y ficticio. Buscas ese rostro juvenil que te enamorase antaño, (antaño, que melancólica palabra) Buscas esa sonrisa que pudiese arreglarlo todo. Pero esa sonrisa no va a llegar, ni la comida que esperamos, ni mi voz que rompa este silencio… Hace tiempo deje de ser uva y de ser pasa. Foto: Pilar Maldonado Por Romy Riq
Me voy, mujer quijotesca Con el vapor de la taza de té Me voy escupiendo verdades Pariendo rebeliones Intoxicada, enardecida, trémula, salvaje!!! Mi albedrío… ¡yo fui! ¡yo fui! Soterrada Transfigurada, herida Yo soy!, yo soy! Entelequia. |
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May 2024
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