¿Sabes por qué lustro mis zapatos con la mejor pasta que hay en el mercado?
Para olvidar la bendita razón de dejarte Y el orgullo de no poder cambiar tu rostro por el de otra ¿De dónde saqué la razón de quererte? ¿Cuál es tu posición frente a las demás? No sé. Sólo concibo mi corazón como un portón cerrado y herrumbroso para otras manos, cuerpos y corazones de mujeres, mientras existas tú o tu recuerdo… ¿Para qué decir “aléjate” o “vete”? No es importante. Estás ahí como la piedra angular de la pirámide funeraria desde donde serán arrojadas al viento mis cenizas mortales. Has cerrado las puertas y las ventanas, ¿lo sabes? Las puertas y las ventanas de mi alma... eso debe ser bueno para ti, supongo… pero ¿Te has detenido a pensar que con este encierro el aire se viciará, crecerán hongos y nacerán alimañas monstruosas? No. Ahora que no estaremos juntos, ¿quién abrirá las puertas para que el aire se renueve en mi corazón? La distancia crea ideales, lo que no está cerca parece fantástico, Por algo los mitos del nirvana, paraíso, edén… Pero, mientras esperamos llegar al cielo, las cosas reales pasan por el lado, como un criterio confuso, una norma de calidad o un trabajo por terminar.Y dentro de aquello, ¿existirá la posibilidad de otras llaves, otros candados, otras cadenas que abran (y cierren) las puertas de mi alma? Por Marcelo D Mogura LB |
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May 2024
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